CAP 1: EL INICIO DEL MISTERIO
Nos habíamos perdido, no cabía duda de eso. Aunque conocía los caminos y los pasadizos de este bosque como la palma de mi mano no sabia reconocer donde estaba por mucho que lo intentara.
Seguí buscando, aunque seguía sin respuesta ninguna de cual era mi ubicación. Mi hermano me seguía cogido de mi mano. Parecía tranquilo pero yo sabia que en realidad estaba asustado, desorientado y aturdido a la vez de que el hambre y la sed de mi hermano y también la mía hacia mella en nuestro comportamiento y nuestro cansancio. No tenia ni idea de cómo había llegado allí ni quien nos había llevado ya que recordaba perfectamente como mi hermano y yo nos dormíamos en la pradera que había justo delante de nuestra casa y, como era evidente, nosotros no podíamos haber ido allí por arte de magia. Mientras caminábamos siguiendo caminos que nos condujeran hacia una aldea o un pequeño pueblo pensé un poco en la situación en la que me encontré cuando desperté, pero no se me ocurría nada de nada. Mientras caminábamos no hacia nada más que pensar en lo ocurrido pero el hambre y la sed hacían estragos en mi pensamiento que no funcionaba como era debido. De repente vi como mi hermano se iba desmayando poco a poco y vi como ya no podía más con su alma. Reaccione rápidamente para intentar poder despertarlo de su sueño pero me di cuenta de que se había desmayado completamente. Además hacia un calor sofocante y mucho más se notaba en el bosque con su humedad, aunque de ese detalle no me había fijado hasta ese momento.
Cogí a mi hermano y lo lleve a cuestas durante todo el tiempo. Aunque mi cansancio era bastante persistente corrí durante el mayor tiempo posible para poder encontrar agua o alguna comida que hubiera en algún manzano o platanero pero ninguno de ellos tenía lo que buscaba, solo veía árboles y mas árboles que no tenían nada de nada.
De repente, por sorpresa, ya que en ese momento creo que estaba a punto yo también de desmayarme, vi una pequeña acumulación de agua que parecía potable. Me arriesgue en comprobarlo y, como yo suponía, lo era. Corrí inmediatamente a darle agua a mi hermano, lo puse al lado del pequeño charco, cogí mi mano y le di la mayor cantidad de agua que pude. De repente vi como mi hermano volvía a tener algo de color en sus mejillas y, cuando vi que ya se recuperaba un poco, decidí yo también beber ya que estaba sediento y mareado. Cuando termine de darle agua me tumbe un rato para descansar después de la larga carrera que di para darle algo a mi hermano. Me sentía algo mareado aunque hubiera bebido algo de agua y notaba como mi cabeza y, mi cuerpo cada vez se relajaba más y más. Parecía que la tierra me llevaba hacia ella como si estuviera tragándome hasta que me di cuenta de la sensación que estaba teniendo… ¡eran unas arenas movedizas! Dios mio que hacia, estaba siendo tragado poquito a poco y no sabia que hacer, si me movía me tragaría mas pero si estaba quieto era también mi perdición. Estaba seguro de que este era mi fin, todo lo que me había pasado no era pura casualidad y estaba seguro de que algo había echo incorrectamente. Vi como mi hermano seguía tumbado inconsciente y sin saber nada de lo que me estaba pasando ¿Qué seria de mi hermano si yo muriera? ¿Moriría aquí o que le pasaría? Menos mal que estaba fuera de las arenas movedizas, menos mal, pero… ¿que seria de el tan joven solo y abandonado? Se me ocurrían muchas preguntas pero a todas por desgracia no me daría tiempo ni siquiera a pensarlas. Solo veía que ya solo me asomaba mi cabeza y algo de mi pecho. Este ya era mi final. Pensé en todo lo que me había pasado en la vida y en todos mis amigos, mis buenos momentos… ¡papa y mama! Los echaba tanto de menos desde que murieron. Mi vida cambio radicalmente cuando murieron a manos de aquel oso cuando cazaban para conseguir cualquier cosa de comida. ¿Por qué fuisteis? Sabía que era peligroso y no se lo dije. ¡Maldito imbecil! Todo lo que podía haber evitado si lo hubiera dicho.
De repente ya solo me quedaba por tapar mi cabeza y ya ni siquiera veía a mi hermano. De repente oí unos caballos correr hacia aquí ¿seria mi imaginación? No, no lo era, estaba seguro de que oía a unos caballos correr hacia mí. Hice un ultimo esfuerzo y grite lo mas alto posible para que me oyeran.
- ¡Socorro!
De repente vi como la carrera de los caballos se acercaba más y más y mucho más rápido que antes. De repente ese sonido paro justo delante de mí y vi como los hombres que había en los caballos hablaban entre ellos.
- ¡chicos coger las cuerdas, rápido!
- Aquí hay otro muchacho señor, parece que se ha desmayado
- Darle algo de comida y agua y montarlo en el caballo, ¡rápido!
- Si, mi señor.
De repente vi como una cuerda se agarraban a mis manos que poco se veían debajo de estas arenas que nunca olvidaría.
Poco a poco vi como mi cuerpo estaba cada vez mas entero y también veía como cada vez estaba más cerca de la tierra donde estaba el agua. Cuando llegué a la tierra lo primero que se me ocurrió fue sonreír, nada más que eso, sonreír.
- ¿Muchacho como te llamas?
Vi el rostro de aquel hombre, parecía tener unos 25 años más o menos. Parecía ser una persona fuerte y musculosa por lo que vi y tenía una mirada fija y de amabilidad. Su rostro era de una persona simpática y muy madura y su vestimenta era como la de cualquier persona normal y corriente.
- John Morrison, señor
- Vale John, estabas en las arenas movedizas de aquel pequeño terreno. ¿Ese de ahí es tu hermano?
- Si señor, se llama Alfred Morrison.
- ¿Sabes lo que le ha pasado?
- Mientras caminábamos se desmayo por el calor y por el hambre y sed, no habíamos comido nada durante bastante tiempo y las fuerzas de mi hermano se agotaron. ¿Se recuperara bien señor?
- Perfectamente hijo, tu hermano se pondrá bien en menos que canta un gallo. ¿De que pueblo o aldea sois?
- De Minstonns, señor
- Dejarme de llamarme señor muchacho, me llamo Steven Pouler y soy del pueblo de Susctorn.
- Muchas gracias por haberme rescatado Steven.
- ¿gracias? ¿por que? Solo he hecho lo que debía de hacer John, si cada persona del mundo me tuviera que dar dinero por cada vez que le he salvado la vida, ahora mismo seria rico-dijo y después termino riéndose y con una sonrisa de mostraba su amabilidad.
- ¿De verdad ha salvado usted tantas vidas?-pregunte sorprendido.
- Ay amigo si yo te contara…muchas se quedan cortas.
- ¿Pero como es posible eso?
- John, soy uno de los capitanes del rey Carl III el Poderoso y por tanto no es muy difícil imaginarse el porque de tantas vidas salvadas.
- Vaya… eso no me lo esperaba nada de ti, Steven.
- Gracias, pero una pregunta que tengo John… ¿Qué hacíais dos muchachos tan jóvenes como vosotros en un bosque como este y encima tan lejos de Minstonns?
- Si le digo la verdad Steven…No tengo ni idea.
Hombre Oder es solo el primer capítulo aunque he dejado un poco de lado la historia cuando pase ya todo esto y llegue el verano la voy a seguir.
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